Bastian es el nombre del cerdito que consiguió escapar del camión que le conducía inexorablemente a la muerte. Sus hermanos no tuvieron tanta suerte, pero el destino quiso que Piero y Daniela, los fundadores de Valle Vegan lo acogieran. Ahora vive feliz retozando en el campo.
Valle Vegan es un santuario para animales que al igual que Bastian, tienen una historia que contar: algunos se salvaron del matadero, otros cuantos provienen de laboratorios de experimentación, unos pocos llegaron de ferias y, otros, simplemente ya no son deseados por los que un día fueron su familia.
Enclavado en la población de Bellegra, a unos 45 kilómetros de Roma, encontramos 11 hectáreas de terreno en un valle de gran frondosidad y belleza. El proyecto surge de la necesidad de acoger a decenas de animales que no tienen cabida en otros lugares, y se mantiene gracias a donaciones y el trabajo de activistas de entre otros grupos “Agire ora” y “Liga para abolición de la caza”.
No es fácil encontrar un lugar donde ubicar especies tan dispares como las que allí acogen. Valle Vegan alberga desde cerdos, búfalos y conejos hasta perros, tortugas y cabras, que de otro modo, habrían muerto o sufrido cautiverio, abandono o serían víctimas de la experimentación.
Pese a esta dificultad, lo primero que hacen Piero y Daniela cuando llega un nuevo animal a Valle Vegan es intentar ubicarlo en un entorno lo más parecido posible a su hábitat natural. Si el animal está sano y es posible su reintroducción en libertad, trabajan con él para que pueda volver a ser libre, aunque la mayoría de animales, por ser de los consideramos domésticos, pasarán a ser habitantes habituales de Valle Vegan.
Las ovejas y los búfalos tienen amplios prados y sombras donde pastar tranquilamente, a las tortugas se les ha habilitado una zona verde húmeda donde no corren peligro, las gallinas, ocas y patos tienen un recinto estupendo donde picotear, bañarse y campar a sus anchas, y los conejos, chinchillas  y cobayas también disponen de instalaciones adaptadas bajo árboles frutales.
En el caso de perros y gatos, se trabaja para conseguir su adopción en un nuevo hogar.
Valle Vegan es también un centro de  actividades contra la caza y vigilancia contra furtivos, habituales en la zona. Asimismo, el lugar sirve como punto de encuentro para los movimientos de defensa de los animales en Italia.
Como contrapunto al respeto por los animales que Piero y Daniela profesan, han decidido conservar en Valle Vegan  lo que ellos llaman “La habitación de los horrores”. En este lugar, han ido recogiendo todos los útiles que se usaban para sacrificar a los animales, o para amputar y despellejar a los que el antiguo propietario de la finca cazaba de forma furtiva en la zona, junto con cepos, lazos y trampas.
Valle Vegan es un ejemplo para nuestra sociedad, un sitio que sirve para sensibilizarnos y educarnos en la comprensión del mundo animal. Quizá, el de Piero y Daniela no sea el único en llevarse a la práctica y pronto deje de ser un enclave escondido entre montañas y un reducto único. Quizá mañana otros muchos despierten habiendo tenido su mismo sueño y decidan, con valentía, convertirlo en realidad.
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Silvia Barquero y Luís Moreno
Miembros de la Fundación Equanimal